Los seres humanos contamos con un sistema endocannabinoide (SEC) formado por endocannabinoides (como la anandamida y el 2-AG), los receptores cannabinoides (como el CB1 y el CB2) y las enzimas (como las FAAH o las MAGL).
Atendiendo a los datos de interés, la misión principal de este sistema es la de mantener a todos los demás sistemas funcionando de manera óptima. Es decir, lo su objetivo es conservar el cuerpo humano en una condición estable en la que todo funcione correctamente, a pesar de lo que suceda en el exterior. En definitiva, el SEC procura que el organismo esté en equilibrio.
Por todo lo anterior, este sistema puede regular multitud de nuestras funciones: apetito y digestión, temperatura, función inmune, inflamación, control motriz, estado anímico, memoria, sueño, respuesta al dolor y al placer… Los anteriores son solo ejemplos de su capacidad.
¿Cómo lo consigue? A grandes rasgos, gracias a su capacidad comunicativa con el resto de sistemas del cuerpo, como el sistema nervioso, el sistema digestivo y el sistema inmunitario a través de los receptores cannabinoides, principalmente a través del CB1 y el CB2.
Por eso el CBD, que es un cannabinoide que se encuentra en la planta del cannabis, puede aceptar, interactuar y unirse a dichos receptores y, como resultado, todos sus efectos beneficiosos se distribuyen por todo el cuerpo aliviando las zonas afectadas.
¿Entonces el CBD funciona con las personas que lo utilizan? ¡Te lo mostramos en la siguiente pregunta!